by Marcela Álvarez VC
«Todo lo que necesito es un libro de imágenes para que mi espíritu se fusione en un lugar o un paisaje… No siento la necesidad de ir allí. Ya lo he soñado tanto…» -Yves Saint Laurent- (Orán, Argelia, 1936 – París, Francia, 2008)
Bonjour queridos lectores de Women In Move, hoy los invito al Musée Yves Saint Laurent Paris a recorrer la fascinante exposición ‘’L’Asie rêvée d’Yves Saint Laurent» («El Asia soñada de Yves Saint Laurent»). Una muestra que refleja la pasión del diseñador por Oriente, fuente de inspiración de algunas de sus más bellas creaciones…y por supuesto de Opium, su más famosa fragancia.
Genio, joven prodigio, visionario, vanguardista, lo han llamado y elogiado de muchas maneras, lo cierto es que YSL fue un hombre que revolucionó la moda creando piezas icónicas y atemporales que definitivamente cambiaron la idea de la femineidad.
Desde su primera colección en Christian Dior –con sólo 21 años fue el diseñador de Alta Costura más joven de la historia- hasta su poderoso smoking femenino (‘Le Smoking’), las sensuales transparencias, el estilo safari, el elegante mono o jumpsuit, Yves Saint Laurent fue el hombre que hizo ‘r-evolucionar’ el guardarropa de millones de mujeres con sus diseños avant garde, que aunque controvertidos en su momento, se convirtieron en eternos clásicos.
Hizo de la moda un arte, inspirándose en el arte para ponerla de moda…Y así nació el célebre vestido Mondrian que hizo famoso al pintor holandés..!
Defensor de la diversidad, fue el primero en poner una mannequin negra, la espléndida Mounia, en las pasarelas de Haute Couture y el primero en abrir una boutique prêt-à-porter haciendo realidad su deseo de acercar sus diseños al gran público y no sólo a la élite.
Tanto fue su talento que la misma Gabrielle Chanel afirmó que si ella tuviera un heredero en la moda -«ya que algún día alguien tendrá que sucederme…»- sin duda sería Saint Laurent, pues al igual que ella, el diseñador entendía en qué residía realmente la femineidad. «Yves les dió poder a las mujeres después de que Chanel les diera la libertad».
Me encantaría profundizar y contarles muchísimo más sobre Yves Saint Laurent porque definitivamente es uno de mis diseñadores favoritos de todos los tiempos y así espero hacerlo en sucesivas notas, pero hoy quiero que entren conmigo a su museo parisino para ver esta maravillosa exhibición que culminará con una visita a su estudio donde se originaron sus más emblemáticas creaciones.
Le Musée Yves Saint Laurent Paris
Inaugurado en octubre del año 2017, el museo se encuentra en el mismo hôtel particulier que albergaba la antigua casa de moda YSL en el número 5 de Avenue Marceau, en el tranquilo y elegante 16th arrondissement
Aquí creó e ideó desde 1974 sus inolvidables colecciones durante casi 30 años hasta su retiro en el año 2002.
Actualmente en la histórica mansión se realizan exposiciones temáticas temporales -‘’L’Asie rêvée d’Yves Saint Laurent» fue la primera- y cuenta con un archivo de más de quince mil tesoros: prendas de alta costura, accesorios, bocetos, tableros de colección, toiles, videos, todo patrimonio de la Fundación Pierre Bergé – Yves Saint Laurent, cuya principal misión es preservar y promover la obra del legendario diseñador.
Pierre Bergé fue su eterno compañero tanto en la vida como en los negocios. Empresario y mecenas francés, su encuentro con el joven Yves en el funeral de Christian Dior cambiaría su destino y juntos construirían un imperio al lanzar la maison YSL en 1961. Pero la moda no era lo único que tenían en común, ambos eran grandes coleccionistas de arte, y a través de los años, convertirían su apartamento de la rue de Babylone, en un pequeño y maravilloso museo. Estuvieron juntos por más de 50 años y formaron una de las parejas más emblemáticas de la época.
«L’Asie rêvée» nos fascina con los ‘viajes inmóviles’ que inspiraron al diseñador a crear colecciones dignas de los más bellos cuentos. Para ello el museo reunió por primera vez más de 50 impresionantes diseños de Alta Costura inspirados en la India, China y Japón, acompañados de objetos cedidos por del Museo Nacional de Arte Asiático Guimet y coleccionistas privados.
Una Oda a la Belleza
La India
Yves Saint Laurent nunca viajó a la India, el profundo amor y conocimiento de su cultura provenía de sus libros y objetos de arte. Aquí su inspiración le rinde homenaje a la glamorosa realeza reinterpretando los abrigos de los soberanos y maharajás, los saris, los turbantes, jugando con las sedas y sus brillantes colores.
El Corazón de la Maison
’’Sin elegancia de corazón, no hay elegancia’’ solía decir el diseñador, que valoraba la sinceridad por sobre las apariencias.
Este símbolo sentimental ocupa un lugar central en la exhibición y fue una especie de talismán desde el comienzo de su carrera.Se creó por primera vez en 1962 y se incluyó en numerosas colecciones hasta el último desfile de Alta Costura en 2002
”La pieza adornaba el atuendo de la modelo que cerraba el desfile. Había competencia entre todas, por supuesto”, nos dice la curadora del museo Aurélie Samuel. “Era un caballero, pero siempre eligió el corazón para su favorita”. Quienes lo usaban en múltiples ocasiones, adquirían instantáneamente el status de “musa”. Era una especie de firma del artista con la que terminaba la colección.
China
aunque no visitará el país hasta 1985.
Otoño-Invierno 1977
«Beijing sigue siendo un deslumbrante recuerdo», diría años después. «La China que tantas veces interpreté en mis creaciones, la encontré exactamente como la había soñado». Esos mismos sueños lo llevarían a crear el perfume más provocador…
OPIUM
-Yves Saint Laurent-
Rara vez en la historia de las fragancias una creación ha encarnado tal encanto, magia y misterio.
El deseo de Yves era crear un aroma que evocara esa cultura milenaria y que al mismo tiempo fuera capaz de arrebatar a las mujeres occidentales.
Una fragancia que recuperase la familia olfativa oriental -con notas predominantes como el jazmín, mirra, vainilla, bergamota y patchuolí- capaz de provocar nuevas e intensas sensaciones…
Para lograr su obra maestra rechazó por primera vez en la historia ciertos cánones exigidos por la perfumería de lujo: él buscaba la provocación total. Un sueño arriesgado al que se atrevieron dos de las narices más prodigiosas de la época, Jean Amic y Jean-Louis Sieuzac, a quienes les encargó dar con un aroma provocador que no dejara a nadie indiferente.
Al genial artista Pierre Dinand -una leyenda en el diseño de frascos de perfumes- le pidió un frasco exótico y sensual.
A través de sus charlas con Yves decide inspirarse en el inrō japonés, un pequeño estuche laqueado en el que los samuráis solían llevar especias y opio…
Cuando Yves vio la propuesta su reacción fue inmediata y en ese mismo momento decidió que el perfume se llamaría como su declinación en latín: Opium
De más está decir que llovieron miles de ‘sugerencias’, incluso de su propio equipo, para que cambiara el nombre.
Creían que las conservadoras clientas que invertían fortunas en sus vestidos de alta costura no aprobarían, ni mucho menos comprarían, un perfume que sublimaba una droga que incluso había provocado guerras. Y temían que el controvertido nombre descreditara a la prestigiosa marca.
Pero Yves ni siquiera lo pensó. El perfume se llamaría Opium. Tout est dit. Y no sólo eso, sino que sería presentado con el provocador lema: “Para las adictas a Yves Saint Laurent”.
Obviamente la polémica -incluso fue prohibido en varios países- solo ayudó a dar a conocer el perfume y su éxito fue espectacular. Las ventas en Francia fueron 15 veces más grandes de lo previsto, y los puntos de venta tenían dificultades para reponerlo. No había francesa que no quisiera llevar esa fragancia especiada y barroca, suntuosa y misteriosa de tan inmenso sillage que se pegaba a la piel y dejaba su rastro en la ropa y almohadas…
En el catálogo ‘L’Asie rêvée d’Yves Saint Laurent’, Jéromine Savignon, autora del texto «Yves est Opium«, evoca esta fascinante ópera de moda, perfume y palabras, que el diseñador imaginó en torno a su perfume.
Extracto del texto:
O.P.I.U.M.! Cinco letras mágicas para intentar penetrar el insondable misterio «YSL»:
O de Orgasmo, ese raro momento en el que el artista sabe que los espejismos de su alma se convierten en la Belleza que crea.
P (Prière) de Oración, la de Yves Saint Laurent, viajero místico, en su búsqueda de “los inaccesibles enigmas del prodigioso y lejano Oriente”.
I de Iluminación, de las visiones de lujo, desmesura y voluptuosidad que impulsan a Saint Laurent a la creación.
U de Único porque ‘’Yves es Opium’’ Toda la creación de Opium es, su obra de arte total y única, el epítome de su genio creativo.
M de Misterio…OPIUM o el misterio firmado “YSL”.
Opium marcó un antes y un después en el mundo de los perfumes y su impacto sólo es comparable al que consiguió Chanel con su mítico Nº5.
El mismo éxito continúa cuatro décadas después, ya que Opium nunca abandona el top 10 de ventas de perfumes en Francia.
A lo largo de los años su frasco ha sido reinventado y se han hecho varias ediciones limitadas y ultra-limitadas: en el 2017, para celebrar su 40 anniversaire , YSL Beauté recurrió al talento de la artista-doradora Manuela Paul-Cavallier, para pedirle que decorase con una poesía de láminas de oro la versión más exclusiva de la icónica fragancia. Sólo salieron a la venta 20 frascos, cada uno de ellos único y numerado, en una edición de puro lujo. Su precio 2.000 €. Sólo para los adictos a Saint Laurent…
Finalmente, Japón.
La tierra del sol naciente ejerció una atracción irresistible sobre Yves a lo largo de toda su vida, y éste fue el único país asiático que visitó con regularidad.
Fascinado por su cultura que «logra el supremo milagro de unir el pasado con del presente», era un apasionado del período Edo (1600-1868) y del teatro Kabuki que lo inspira a recrear su prenda más tradicional -el kimono- como un homenaje a la gracia y delicadeza de las geishas de Gion.
Adaptado al gusto europeo, y de líneas fluidas y envolventes, la prenda se establece como un nuevo must-have en los guardarropas de la alta sociedad parisina.
La magia de su Estudio
Su atelier es sin duda la sala más conmovedora del museo. Contrasta con la suntuosidad de los salones y se ha mantenido intacta la atmosfera original. Realmente se siente como si el diseñador fuese a entrar en cualquier momento para comenzar a trabajar.
Aquí es posible imaginar el ambiente que reinaba durante la preparación de un desfile y las horas para conseguir el éxito definitivo de una prenda de alta costura.
Su escritorio llama la atención por su sencillez, dos caballetes y una tabla era la simpleza donde trabajaba el diseñador. Podemos ver su alfiletero, sus lápices de colores, sus gafas de pasta y el metro heredado de Christian Dior. Debajo, a sus pies, el plato de Moujik, su bulldog francés.
El último de la dinastía, Moujik IV, sobrevivió a su maestro
En el borde de la silla, cuidadosamente doblado, su guardapolvo blanco. El guardapolvo de Monsieur Saint Laurent, como todos aquí todavía lo llaman, que demuestra que el papel de un gran diseñador no es solo el del artista, sino también el del artesano, involucrado tanto en la práctica como en la creación.
‘UN ÁGUILA DE DOS CABEZAS’
Detrás de estos dos retratos se esconde una sala donde se proyecta el documental ‘L’Aigle à Deux Têtes’ dedicado a la relación única que unió a Yves Saint Laurent y Pierre Bergé a lo largo de sus vidas. Juntos fundaron y administraron una casa que se convirtió en un imperio, el primero en la creación y el segundo en la dirección. Dice el propio Saint Laurent: ‘’Ésta gran águila de dos cabezas, que azota los mares, trasciende las fronteras e invade el mundo con su magnitud sin par, somos nosotros”
Yves Saint Laurent fue uno de los personajes más influyentes del siglo XX, y su vida llena de episodios interesantes ha dado material para un sinfín de libros y biografías.
En el 2014 se estrenaron dos films –made in france– sobre su vida: ‘Yves Saint Laurent’ y ‘Saint Laurent’.
Los dos son fabulosos e imperdibles:
Y llegamos al final de ’L’Asie rêvée’
-Yves Saint Laurent-.
A través de sus viajes imaginarios Yves Saint Laurent ha dejado para la historia de la moda colecciones de una belleza inigualable y la prueba de que los sueños y la imaginación no tienen limites para la creación.
Me he guardado algunas sorpresas –que ya les contaré- porque como les mencioné al principio soy una admiradora (absoluta!) de su obra y ésto ha sido solo una pequeña parte de su talento.
El Musée YSL es un lugar donde siempre se puede encontrar algo inesperado y emocionante. Un oasis en estos tiempos de “moda rápida” en el que vivimos.
Un espacio no sólo para amantes de la moda y adictos a YSL, sino también para los que aman el arte, el diseño, la arquitectura, y la belleza!
Pero antes de irnos, pasamos por la boutique del museo que siempre es una tentación! Desde pequeños souvenirs hasta extraordinarios libros sobre la obra del mítico YSL, es la oportunidad de llevarnos un poco del mágico momento que pasamos.
Ya anocheciendo me despido por ahora para sumergirme en las elegantes calles parisinas, y por qué no, disfrutar en una terrasse una copa de rosé, o deux…
À très bientôt
Marcela Álvarez VC
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WOMEN IN MOVE / Editora Carmen Álvarez