by Carmen Álvarez
Vivir en un edificio patrimonial es una de las experiencias más fascinantes que le puede ocurrir al habitante de cualquier ciudad. Si ese edificio, además, es un ícono urbano, tiene características que lo hacen singular, es admirado y ensalzado por locales y turistas y encima tiene un mellizo en una ciudad de otro país, entonces se convierte en una experiencia y una pasión de vida.
El Palacio Barolo de Buenos Aires y el Palacio Salvo de Montevideo son esos mellizos y son obra del genial arquitecto italiano Mario Palanti, nacido en Milán en 1885, quien tuvo la brillante idea de venir a América y desarrollar estas magníficas obras del arte arquitectónico.
Gracias a una camada de arquitectos europeos, entre los cuales los italianos tuvieron un lugar preponderante es que en el Río de la Plata nos quedó esta fabulosa herencia que debemos respetar, conservar y jerarquizar para legar a las futuras generaciones.
“Domingos en el Palacio Barolo” es un emprendimiento que lidera el Arquitecto Fernando Carral, habitante, estudioso, activo defensor del patrimonio y obstinado promotor de su edificio.
No se me ocurre nada mejor para sugerir hacer en Buenos Aires, tanto sea para turistas, extranjeros o locales, que visitar este emblemático edificio, tomar un café en su cafetería y sumergirse a la aventura de entrar en el pasado de la mano de un experto y apasionado del tema como Fernando.
– ¿Cómo nació esta estupenda idea de organizar visitas técnico-históricas los domingos en el Palacio Barolo de Avenida de Mayo en Buenos Aires? ¿A quiénes estan dirigidos y cuáles son las principales características de estos tours?
En realidad la idea no es nueva. Hace años que vengo mostrándole el edificio a muchísima gente, tengo un contacto muy especial con esta obra, la conozco desde muy chico y siempre me apasionó. Vengo investigando todo lo relacionado a Luis Barolo y a su arquitecto, la época, sus descendientes, las obras, los planos, las anécdotas.
Hemos tenido visitantes ilustres como el ex presidente de Uruguay Julio María Sanguinetti, el Arq. Cesar Pelli, y cientos otros.
– ¿Qué relación te une con el Barolo? Tengo entendido que tu participaste de la restauración del edificio. Contanos sobre esa experiencia.
Soy un copropietario, formo parte del Consejo de Administración y colaboro con el administrador Roberto Campbell en la parte técnica del Barolo. En 2009 tuve la oportunidad de restaurar el Faro del edificio, como ícono de la celebración del Bicentenario de la Nación. Para ello con la ayuda del Instituto Italiano de Cultura, el Gobierno de la Ciudad y empresas particulares que nos donaron materiales eléctricos e iluminación, pudimos llevar a cabo la tarea. Lo mas complicado fue volver a hacer el metalizado del espejo parabólico, reemplazar el motor, rever sus mecanismos, conseguir una lámpara apropiada, modificar la parte eléctrica. Tuvimos un éxito desacostumbrado con los proveedores lo que nos permitió realizar mas tareas de las que teníamos previstas.
– Sin pretender sustituir el libreto del tour, ¿cuáles son las grandes líneas a resaltar de los emblemas e historias que el Barolo contiene en sus entrañas?
El primer hecho que remarco es que no es un solo Palacio, sino dos: El Barolo y el Salvo, en ambas riberas del Río de la Plata, construidos como las Columnas de Hércules, evocando la inmigración italiana en estas tierras, construidas por el mismo arquitecto, el gran Mario Palanti, con comitentes del rubro textil, y coronadas por Faros, que señalaban el ingreso de los nuevos habitantes. En la visita cuento sobre las 30 obras del arquitecto, las transformaciones a través de los años y parte de las innumerables anécdotas que ocurrieron aquí.
– “Buenos Aires recupera su esplendor al poner en valor y funcionamiento el gran faro del Palacio Barolo”. Comentanos la importancia de este faro y las razones por las cuales se colocó en su momento. Hay gente que me ha dicho que de noche ver su iluminación es un momento inolvidable.
Ver el Faro iluminando me sigue emocionando como el primer día. Le dimos un haz de luz a muchos edificios patrimoniales resaltando la importancia de preservarlos y resaltar su importancia, como el Congreso Nacional, la Galería Güemes, la Fundación Cassará, las cúpulas del Bencich, la Confitería del Molino, apoyando su restauración, y recientemente el Chalecito de Muebles Díaz, un clásico de Buenos Aires.
Women in Move / Magazine Virtual / Editora Carmen Álvarez