by Carmen Álvarez.
El CV de Juan Alvarez Márquez es tan curioso como sus personajes. En su acápite nos cuenta que es Doctor en Historia y también Caballero de Artes y Letras. Y nos brinda dos direcciones para ubicarlo : en San Carlos, Uruguay y en París, Francia.
Desde el inicio, salta que no estamos ante una persona del montón. La diversidad de su perfil va en corcondancia con la elección de los personajes protagonistas de sus libros y artículos : desde André Giot de Badet hasta Susana Soca, desde Carlos Reyles a Manuel Barthold.
Esto es, evidentemente, lo que hace al entrevistado (del nuestro estamos hablando), mas interesante aún.
Por ello, cuando (luego de varios mensajes por las redes), finalmente lo conocí este año en el lanzamiento de su libro en el Club Uruguay de donde soy socia, sentí una gran alegría.
Alegría también fue corroborar que es un intelectual de gran fuste, una persona muy cálida y un ser humano generoso que me permitió conocer a los actuales responsables de la recuperación de la casa de la gran Susana Soca, por lo cual le estaré por siempre agradecida.
El libro al que nos referimos en la nota está ahora en viaje a China a la biblioteca de un gran amigo mío. Y seguramente, ya lo está en la biblioteca de todos aquellos que desean saber más sobre este maravilloso personaje que fue André Giot de Badet.
– Vayamos primero al grano. ¿Quién concretamente era André Giot de Badet, y por qué en el libro tú lo llamas André de Badet?
André es para muchos un desconocido. Siendo precisos André era un artista multifacético. Adoraba la pintura, la poesía, la música, el teatro, la jardinería. Era un eco de esos viejos cortesanos de la antigua Europa que se sumergían en todos los ámbitos. Su producción es la de un poeta y chansonnier. Giot de Badet era su apellido completo, paterno y materno. Pero finalmente es el propio André que actuara desde su juventud con esa identidad materna, un apellido noble del Bearn con una partícula y que se adapta bien a su personaje vital.
– ¿Cómo te cruzaste con André? Cuando un autor le dedica un libro a alguien, es fácil adivinar que hay una especie de admiración o un reconocimiento por su vida y obra. ¿Es este tu caso con André?
Claramente hay un paralelo entre sus rasgos, que voy descubriendo, y una cierta admiración que surge, mismo si es humana y no apologética. Lo descubrí de niño en mis andanzas por el Jagüel y era entonces un fantasma sin nombre. Era el habitante oculto de ese sitio encantado que es el molino en el que nos parábamos a jugar y luego que supe que en el molino de los franceses vivía André, tuve a un hada madrina, Marguerite Filerin, quien me abrió realmente la visión a la mayor parte de la historia franco uruguaya de los Badet. En Francia pude lograr ver otra faceta gracias a Marie Blancant, vecina de Escos. Y siguiendo su trayectoria admiré su carácter invencible y que volaba por lo alto sin detenerse en esas críticas aldeanas del Montevideo neucentista y del mismo Bearn. Una personalidad que siempre atendió a sus fines y que era de una inmensa generosidad y flexibilidad. para actuar en los medios sociales diversos. También luego viví una especie de descubrimiento y de reacción interior en seminarios de literatura donde el «francesito» surge como un personaje secundario en el universo de Delmira Agustini. Casi como un arlequín detrás de una ventana estilo commedia dell’arte.
– Su vida fue una especie de libro de aventuras, de fábula. Le pasaron cosas increíbles y conoció personajes memorables, como su amistad con la gran Delmira Agustini. Si tuvieras que nombrar una o dos, ¿cuáles serían?
Si se siguen los hechos, sus etapas de vida son fascinantes, desde los inicios en Montevideo adonde lleva los personajes más encumbrados de la cultura francesa a su casa, pasando por los grandes genios mundiales que fueron Vaslav Nijinsky y Josephine Baker. Alguien que sigue desde los 15 años una pasión sin fronteras por el arte, tiene un universo único. Sobrevive a dos guerras mundiales, que genera su propio teatro para actores de la Comedie Française, proscriptos en la Francia ocupada por las tropas del ejército nazi. En el ámbito femenino reinan Delmira en Uruguay y Valentine Hugo, pilar del surrealismo en Francia. Pero también desarrolla un mundo de sueños con Ninon Vallin en Europa y Sudamérica. Dedica su mejor libro a Susana Soca. La palabra AMIGO era para Badet esencial.
– Estructuraste el libro en forma de relatos, que son maravillosos porque permite al lector una mayor complicidad con el personaje. Contanos algo más de esta forma de encarar la publicación, el que además complementaste con material gráfico superlativo, no solo del protagonista sino de fotografías o documentos de la época.
Considero que la vida son instantes, y la vida no es más de lo que nuestra memoria podrá albergar y reconstruir. Es así que decidí, a medida que las fuentes aparecían, plasmar el relato como si fuese cada uno de ellos una anécdota salida de una sobremesa, de un relato de un tercero, de una propia visión interior de André o de la mas clásica narración de un libro de historia. Y muchas veces fue la propia iconografía que se brindó a mí, con carácter a veces virginal, dejándome contar una historia que nunca conocía y quedan también esos deseos no cumplidos. Qué mas hubiese deseado yo que ver así fuesen rotas o semi-borradas esas fotos de Delmira por los hermanos Adami o las escenas donde Nijinsky bailaba el espectro de la Rosa o posaba con Badet y Romola en el Montevideo de 1918…. lo perdido y prohibido, esperanza de tiempo pasado, y vasto, que hará de la tarea un gesto siempre desparejo e incompleto.
– ¿Qué viene después de este libro Juan? ¿Qué nueva temática te tiene atrapado?
Tengo en mis archivos otros libros ya escritos, biografías de pintores como Manuel Barthold, también desconocido. Pero igualmente acciones de defensa de patrimonio como la de la casa El Generalife en San Carlos que está siendo masacrada en esta misma semana por un grupo de gente, y que fuese el pilar colonial de esa ciudad por su belleza e historia. Y la policía coopera para poder detener ese terrorismo vándalo.
Women in Move / Magazine Virtual / Editora Carmen Álvarez