by Carmen Alvarez
Cristina García Banegas es una artista que descolla en el panorama cultural uruguayo. Una mujer imprescindible, por su vocación, por las características de su trayectoria, por esa temática tan particular que a todos asombra y emociona cada vez que ella comienza a tocar un instrumento e inunda las almas con música.
Me pasó a mí que varias veces la vi interpretar en distintas locaciones y le pasa a tantos uruguayos y extranjeros que la han escuchado a lo largo del mundo.
Este año cumple sus bodas de oro como música profesional tanto en órgano, clave, coros y orquesta. Su faceta más relevante es, sin duda, su actividad de concertista que comparte con la investigación de instrumentos de teclado antiguo y de manuscritos vocales e instrumentales (siglo XVI al XVIII) visitando por largos períodos los países que han sido fuentes de la clase de música que estudia e interpreta.
Sus reconocimientos y premios internacionales son muy numerosos pero jamás ha dejado de lado una labor docente, heredada sin duda de sus grandes maestras Renée Bonnet de Pietrafesa y su hija, Renée Pietrafesa, entre otros destacados profesores.
Ese amor por legar su pasión a los más jóvenes la llevó en algún momento a crear y dirigir el Ensemble Vocal e Instrumental “De Profundis” desde el cual el público se ha podido acercar a grandes obras, sobre todo música polifónica del período barroco-renacentista, que de otra forma hubieran quedado fuera del repertorio sinfónico y coral.
Actualmente es también directora de “DeProfunditos” el coro de niños del Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) que dirige Facundo de Almeida.
Su exitoso CD “Beatles love Bach” ha cristalizado uno de sus más anhelados sueños : ir a las primeras fuentes de inspiración de los genios de Liverpool, aquellos cuya música ella disfrutaba de jovencita y que iban de la mano con la magia del descubrimiento de las obras de Johann Sebastian Bach, de la que con el correr del tiempo se declaró admiradora, intérprete, promotora y difusora. En el mismo están presentes dos grabaciones en las iglesias de St. Barnabas y St. Peter’s Woolton, lugares que Cristina visitó ávidamente en Liverpool con el mismo órgano que acompañó a Paul McCartney junto al coro de niños con los Himnos de la Liturgia y en la Polifonía en los años 50.
Si singular es aquella gente que hace las cosas que otros no hacen, entonces Cristina es de una singularidad apabullante, si más no sea porque en su casa posee instrumentos históricos de una riqueza única e inencontrable en nuestro medio.
Por todo esto, nos parecía ineludible presentarla hoy en nuestra magazine para deleite de nuestros lectores !!!!
¿Cómo surgió tu vocación por la música y especialmente por la música antigua?
Pues parece ser que ya desde los dos años intentaba tocar en el piano lo que mi hermano Jorge estudiaba; era música de Diabelli y de pié, tanteando las teclas, dicen que lo lograba. Yo tengo mis dudas al respecto. A los siete años comenzaba los primeros estudios académicos con Adela del Pino Otero, esto duró dos años y ya a los nueve años empecé de lleno en la célebre “Quinta” donde vivía Renée Bonnet de Pietrafesa. A la edad de once años frecuentaba la iglesia de los Padres Domínicos ya que teníamos las clases de catequismo para preparar la primera comunión. Aquí viene el primer milagro. Durante estas clases, un monje se ejercitaba tocando en un armonio y esa música me conmovía, la sonoridad del instrumento y el fenómeno acústico haciendo que todo se moviera en el espacio llegando a mis oídos con una profunda pureza. Recuerdo haber asistido a un concierto del Mtro. Angelo Turriziani en la iglesia metodista central y otro concierto de Reny Pietrafesa en la iglesia de Punta Carretas. A éste fui acompañada de mi hermano quien presentía y quería que yo me acercara cada vez más a este instrumento. Jorge también estuvo encantado con todas estas sonoridades, hacía tiempo que él tocaba música Pop, Jazz, Rock y soñaba con tener algún instrumento suyo para poder crear sus composiciones y con ese “gusto” de acercamiento al sonido del órgano tubular. Mi madre Olga (bailarina fundadora del ballet del Sodre!) vendió todos los muebles de nuestra casa (solo quedaron nuestras camas y la mesa de la cocina con sus respectivas sillas) para poder comprar un teclado electrónico con sonoridades de órgano con el fin de darnos algo que nos ayudara a ir sumergiéndonos en diversos coloridos sonoros y fuera para Jorge, una buena herramienta para futuros trabajos. Pasaban los años y salvo un pequeño impasse que hice por mera distracción de esa edad (solo me interesaba la natación y los bailes juveniles), al final de mis quince años tuve la oportunidad de allegarme al órgano de la iglesia del Perpetuo Socorro acompañando a Reny Pietrafesa para recibir el segundo impacto musical de mi vida de estudiante, el escuchar y ver de cerca al “Rey de los Instrumentos” (llamado así por W.A.Mozart). Ya a inicios de 1970 estaba trabajando como organista oficial en esta iglesia, tocando en las bodas, en otros servicios y teniendo al instrumento a las órdenes para poder estudiar. Y también a esa edad estaba presentando los primeros conciertos junto a Reny y a otros compañeros y…no paré más! Debo agregar que a los 17 años estaba también tocando en la capilla metodista San Pablo del Instituto Crandon y acompañando desde el piano gran parte de los ensayos del Coro Mayor de dicho instituto dirigido para la querida Maestra Cristina S. de Lagomarsino. También me uní a cantar con ellos en giras nacionales e internacionales conformando luego otro grupo que se armó poco después llamándose Coro de Cámara Crandon dirigido por otro querido Maestro, Dante Magnone Fálleri. Otra dicha en el mundo del canto coral fue haber integrado el coro Monteverdi con un staff de cantantes profesionales que el mismo Dante Magnone dirigía. Con todos estos grupos hemos viajado mucho presentándonos en festivales internacionales, al igual que las andanzas como pianista acompañante del coro del Colegio Alemán. Un punto muy alto de estos períodos fue la dirección del coro de niños de la Asociación Cristiana de Jóvenes (años 1976 a 1978). Ya en setiembre de 1978 viajé a Paris por haber sido seleccionada en un concurso organístico de Buenos Aires para luego ir a concursar al célebre “Grand Prix de Chartres” (concurso bi-anual de órgano que se realiza en la bellísima catedral de Chartres, Francia). En agosto de 1979 coincidí en el Festival del Santuario de la Bien Aparecida (Santander) con el Mtro. Lionel Rogg (Suiza) quien luego de escuchar mi concierto tuvo la fantástica idea de invitarme a estudiar con él en Ginebra. Inmediatamente a este encuentro participé del curso de interpretación de música antigua española para órgano dentro del famoso curso “Música en Compostela” (Santiago de Compostela, España) bajo la dirección de la Mtra. Montserrat Torrent. Y ya en setiembre de 1979 ingresé al Conservatoire de Genève (Ginebra, Suiza).
La pasión por la música antigua va de la mano primeramente por el amor hacia la música de J.S.BACH, luego por la cantidad de polifonía sacra (sobretodo) que cantábamos con estos coros uruguayos, y en mis propias búsquedas, descubrimientos de músicas renacentistas y barrocas en su mayor parte ibéricas, italianas, de los países bajos, francesas e iberoamericanas del período colonial. Desde mi estadía en Ginebra (Suiza, 1979-85), cursando el Master en Órgano (en esa época no se llamaba “Master” sino que el máximo título de final de estudios que se otorgaba era el “1er Prix de Virtuosité”) en la clase del Mtro. Lionel Rogg, yo solía adquirir nuevos hallazgos de músicas que venían de editarse y ya como buena clienta de una casa llamada Point d´Orgue (“Calderón”) tenía el privilegio de recibir varias partituras de regalo. En la ciudad de Ginebra tenía el cargo de “Kapellmeister” (Maestro de Capilla) de la iglesia luterana donde mis deberes eran de organista titular y directora del coro de la congregación. A su vez era directora de coros infantiles pertenecientes al Conservatorio Popular de Música. Paralelamente, comencé a viajar a Paris (y otras ciudades francesas) para recibir clases impartidas por la reconocida organista Marie-Claire Alain, obteniendo en 1982 el título de “1er Prix d´Excellence avec félicitations du Jury” (Conservatoire de Rueil-Malmaison). Otros cursos complementarios de literatura de los siglos XVI al XVIII los realicé en Salamanca, España (Mtros. Montserrat Torrent y Guy Bovet), Pistoia, Italia (Luigi Ferdinando Tagliavini, Stefano Innocenti), Lutry, Suiza (Ton Koopman), etc. Alternaba con una inmensa actividad concertística…….. y …….. ahí se iba acercando el año de conmemoración de los 300 años del nacimiento de J.S.Bach (21.3.1685) para el cual yo soñaba con presentar su obra integral para órgano en el Uruguay. Y lo hice, fue un gran “tour de force”. El hecho de haber estado un año en nuestro país me hizo reflexionar ante el futuro: ¿volvería a Suiza o directamente retornaba al Uruguay? Volví a Suiza y luego de 15 días –junto con mi familia- decidimos intentar una vida nueva en nuestro país. Creo que valió la pena, nunca fue el paraíso y no creo que vaya a serlo algún día, pero pude trabajar en pro de la música para órgano, la preservación de nuestros instrumentos, el Festival de Órgano del Uruguay, la adquisición de otros instrumentos de tecla y la creación del querido Ensemble vocal e instrumental DE PROFUNDIS con quienes construimos un proyecto muy grande con música sacra de los siglos XVI al XVIII y otras obras sinfónico-corales de los siglos XVIII al XX.
También trabajé y trabajo con coros de niños: Centro para las Artes (1986 a 1988), “Los Niños de tu Ciudad” (IMM), “DeProfunditos” (MAPI) y Colegio Inglés (desde 1990).
¿Cómo definirías el espíritu de la gente que creaba y escuchaba música en, digamos, el siglo XVI? ¿Crees que la música ha sufrido cambios dramáticos a través de los siglos, o no?
El espíritu de esa gente sería más apacible y gozoso! Imagínate lo que sería hacer música en las tantas iglesias de variados estilos, con acústicas generosas y compartiendo las composiciones del momento….. A su vez, las danzas del período renacentista e inicio del barroco que eran acompañadas con diversas familias de instrumentos, la destreza que muchos ejecutantes tenían improvisando variaciones de sus melodías, los contrastes en los coloridos tímbricos, etc., etc.
Los cambios seguramente fueran sentidos como “drásticos”, tal como tú lo sugieres en tu pregunta y bien criticados por los innovadores de un nuevo estilo.
¿Qué características principales tienen los instrumentos antiguos, por ejemplo, los teclados, los órganos, etc.?
En rasgos MUY generales te diría que los órganos que hoy día conocemos como los más antiguos, algunos están totalmente vacíos (solo permanece la caja decorada pero sin la mecánica, ni el fuelle y menos su tubería), te menciono por ejemplo en España, en la Catedral Vieja de Salamanca está la caja de un órgano del siglo XIII y están terminando de reconstruir el instrumento completo, tal como se observa que fuera su concepción. Luego hay otros órganos en la Catedral nueva que van desde principios del siglo XVI hasta el apogeo del período barroco; todos están restaurados, tocables, y son joyas extraordinarias. Si bien, éstos órganos tempranos poseían un solo teclado en el cuál se podía tener dos diferentes sonoridades, es decir, puedes tener una sonoridad específica para la mano izquierda (que se extendía entre el Do1 y el Do3, y luego otra sonoridad para la mano derecha, entre el Do# y el La 4). En Latinoamérica tenemos un patrimonio organístico que es absolutamente maravilloso: los órganos más antiguos de México datan de la segunda mitad del siglo XVI y los de la región del Cuzco (alrededor de 40 instrumentos en el centro de la ciudad) pertenecen a los inicios del siglo XVII, guardando las características de construcción ibéricas pero con aportes de la mano indígena (en su acción mecánica, en el formato de la caja exterior que guarda y contiene al instrumento, en sus decoraciones, pinturas, imágenes, etc.). El órgano más antiguo “tocable” lo encuentras en la iglesia del castillo de Notre Dame de Sion, en Valère, Suiza. Data del año 1390, aún posee una buena parte de su estado original y tuve la dicha de haber dado un concierto allí hacia el año 1982. Éste órgano también posee un solo teclado pero esa característica que te he contado de la división del teclado en dos sonidos, no aparece en otros países europeos, salvo en la península ibérica y en Italia. En cuanto a los órganos de la región del Cuzco puedo agregar que he estudiado el tema bastante de cerca. Logré ir en el año 1990 a dar un concierto no importándome el estado en que se encontraban los instrumentos de la Catedral…..los invito a apreciar unos videos registrados allí durante ese famoso concierto (son muy simpáticos, sobre todo viendo a los 4 cuzqueños dando fuelle para alimentar de aire al fuelle mayor y así permitir que éste llene a los tubos para que suenen en plenitud). En 2017 realicé una grabación de CD en uno de los órganos que están enfrentados en el coro central de esta Catedral (instrumento construido alrededor del año 1635), en casa tengo diferentes stocks de la discografía que voy grabando a lo largo de los años y el público suele encargarme algunos y otros se adquieren en los diferentes conciertos.
¿Cuáles son, según tu criterio, los músicos clásicos que más han impactado en la historia de la música? Por ejemplo, enmarcándolo en esta pregunta, presentaste hace unos años la obra integral de Bach para órgano.
Johann Sebastian BACH (1685-1750) – Claudio Monteverdi (1567 – 1643) – Georg Friedrich Händel (1685-1759) – Antonio Vivaldi (1678 -1741) – W.A. Mozart (1756-1791) – Josef Haydn (1732-1809) – Ludwig van Beethoven (1770-1827), etc., etc…… esto sería una selección “standard”, la más conocida, PERO existen muchísimos otros compositores geniales que no tuvieron el alcance para impactar directamente, y son –casi- desconocidos.
Bueno, toda mi vida la dediqué al estudio de la obra de Bach para órgano, claro que he alternado el estudio y recreación de obras de muchos otros compositores, tanto para el piano, la flauta travesera, el Clave, el Coro, la Orquesta.
Un primer sueño ha sido llegar a las ciudades donde vivió y trabajó J.S.BACH (Eisenach, Arnstadt, Weimar, Mülhausen, Leipzig, etc.). Un segundo sueño fue el tocar su obra para órgano conmemorando los 300 años de su nacimiento (Uruguay, 1985), en una totalidad de 20 conciertos; un tercer sueño ha sido el haber dado un concierto en la iglesia de Santo Tomás en Leipzig, lugar donde él trabajó como “Kantor” (Maestro de Capilla: Organista, Compositor, Director coral y orquestal) entre los años 1723 y 1750 (hiper emotivo!); el cuarto sueño ha sido y lo sigue siendo el acercamiento a finalizar el proyecto de grabación de toda su obra para órgano (incluyendo composiciones obtenidas de manos privadas, algunas editadas pero de autenticidad dudosa, transcripciones, etc.) en una totalidad de 25 CD (siendo cinco de ellos en presentación de “doble CD”), alcanzando entonces una totalidad de 30 discos. La mayoría de los instrumentos elegidos pertenecen a la primera mitad del siglo XVIII, siendo otros de construcción reciente pero de estética basada en la organería del período barroco alemán.
También he grabado música de otros compositores, sobre todo resaltando la belleza de órganos poco conocidos o totalmente desconocidos, tanto en Europa como en nuestra América.
¿Cómo definirías tu rol diferencial en el contexto musical uruguayo?
Realmente lo definiría como “independiente”, casi un “apartado” (risas!). Convengamos que desde el año 1985 todo lo que he hecho ha sido promover la vida de un instrumento (el órgano tubular) que tenía poco alcance a todo público y logrando bastantes aciertos, sino, no se justificaría un Festival Internacional de Órgano durante 33 años consecutivos (1987-2020). Crear un ensemble vocal e instrumental llamado De Profundis incorporando instrumentos fieles o bastante fieles a los que acompañaban la polifonía vocal e instrumental de carácter sacro en las épocas del renacimiento y del barroco (Música del período colonial en nuestra América, música europea). Presentar grandes obras del período barroco y clásico con instrumentos originales o réplicas de ellos en primera audición para el Uruguay (BACH: Pasión según San Mateo – San Juan – Misa en si menor- Magnificat – Motetes – Cantatas. MONTEVERDI: Vespro della Beata Vergine, etc.). Crear en el año 2016 un segundo encuentro internacional llamado “Festival de Musicología y Música colonial Ítalo-Iberoamericano” que va de la mano del Museo del MAPI (donde De Profundis y yo somos “artistas en Residencia” y donde tenemos la mejor sensación de estar en nuestra casa, apoyados generosamente por la impecable gestión de su director, Mag. Facundo de de Almeida. “Last but not least”, lograr que ingresaran un Clave, un Clavicytherio y tres órganos tubulares de mi pertenencia a nuestro país.
Para el contexto musical uruguayo, todo esto ha significado seguramente un aporte muy grande que se apreciará en los tiempos venideros, una vez que yo esté tocando el órgano portativo de Santa Cecilia junto al arpa del Rey David…………
¿Es difícil para una uruguaya llegar a obtener una relevancia profesional internacional del nivel que tú tenés?
Pues SÍ, sin duda. Lo más bravo es estar siempre comenzando de cero, cambia el gobierno, cambian las autoridades y, basta quizás de no recibir la comprensión y el aprecio necesario que los logros se tornan desamparados. (¿Alguien puede imaginar el costo de un solo proyecto de grabación de audio, agregando un complemento de Vídeo en un punto europeo? Luego….. ¿edición completa del CD? ). Por suerte siempre aparecen lucecitas, bellas y generosas pero el camino es arduo………”THE LONG AND WINDING ROAD” (“El largo y sinuoso camino”, The Beatles) …… ¿sabes que también amo a los Beatles y sigo grabando muchas músicas de ellos en los dos órganos de las iglesias que de alguna manera estuvieron ligadas al inicio de su carrera en la ciudad de Liverpool?
También pueden obtener estos CD con un simple contacto de E-Mail (cdgbanegas@gmail.com) o llamada telefónica! GRACIAS!!!!
WOMEN IN MOVE / Editora Carmen Àlvarez